Voluntariedad
La adopción de políticas de RSE por parte de las empresas es voluntaria, más allá de sus obligaciones legales.
Creación de valor
La RSE debe contribuir a generar valor para todos los grupos de interés, lo que repercutirá en la mejora de la empresa a medio y largo plazo.
Grupos de interés
La RSE se orienta a la satisfacción de las expectativas y necesidades de los distintos grupos de interés (personal, clientes, accionistas, proveedores, ambiente, derechos humanos...).
Transversalidad
Las políticas de RSE deben involucrar a todos los niveles de la empresa, todos los procesos productivos y en todas las regiones donde desarrolla su actividad.
Adaptabilidad
Las políticas de RSE deben estar adaptadas al contexto y realidad de la sociedad en la que opera la empresa. Es necesario considerar las particulariedades del entorno y también de la naturaleza del negocio, el ámbito geográfico de operación o el tamaño empresarial.
Transparencia
Dar a conocer a los diferentes grupos de interés, internos y externos, la labor que realiza la empresa en los diferentes ámbitos de su actividad, con el objetivo de dar credibilidad y rigor a la RSE.
Implicación del personal
Promover el aprendizaje y la formación, mejorando la organización del trabajo, garantizando la igualdade de oportunidades y la inclusión social. El objetivo es mejorar la creación de empleo y las condiciones de trabajo.
Ámbito interno y externo
La RSE trata de conseguir empresas económicamente rentables, respetuosas con el entorno y socialmente responsables, tanto en su ámbito interno como en el externo.