"Creo que las empresas son conscientes de que están accediendo solo a la mitad del talento disponible"

"Creo que las empresas son conscientes de que están accediendo solo a la mitad del talento disponible"

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Según las previsiones de la Unión Europea, en el año 2020 habrá alrededor de 900.000 puestos de trabajo vacantes relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación y la informática. Este es uno de los sectores que padece una acusada brecha de género, con un porcentaje muy bajo de mujeres que decide cursar carreras STEM (las siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), lo que se traduce en una escasa representación femenina en las empresas del sector. Pero, ¿dónde está el problema? ¿Qué es lo que frena a las mujeres ante la elección de un futuro laboral relacionado con la tecnología?

Para tratar este tema contamos con María Amparo Alonso Betanzos, catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Facultade de Informática de la Universidade da Coruña, personal del CITIC y presidenta de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial. Es también una de las representantes de Referentes Galegas, un proyecto de Executivas de Galicia para dar visibilidad al talento femenino de nuestra comunidad.

Con su experiencia como docente en la Facultad de Informática, tanto en el Grado en Ingeniería Informática como en los másteres, ¿qué podría decirnos de la situación actual en las aulas? ¿Existe una mayor representación femenina que hace, por ejemplo, diez años, o retrocedemos en este aspecto?

En los últimos años subió el número de alumnos que elige el Grado en Informática como primera opción, subiendo la nota de corte del grado. En cuanto a la presencia femenina, lo cierto es que a nivel nacional no paramos de retroceder en los últimos años. Según el informe " Evolución de la matrícula femenina en el grado de Informática en universidades públicas españolas”, de Juan Julián Merelo, el descenso en el número de mujeres en un grado que casi garantiza el pleno empleo, no dejó de bajar desde hace casi tres décadas, ya que en el curso 1985/86 estaba alrededor del 80%, y en la actualidad está alrededor del 10-12% en la mayoría de las universidades españolas. Según los últimos datos de informática en nuestra país, en el curso 2017.2018 el número total de matriculados era de 36.174, con solo 4.419 mujeres, un 12,21%. En la Facultade de Informática de la UDC estamos por encima de la media. Por ejemplo, en este curso 2018/19 la proporción de mujeres fue del 13,35%, con un total de 165 en 1.236 matriculados. 

Un informe de la UNESCO indica que solo un 35% de las mujeres eligen carreras STEM. ¿Cuál cree que es la razón principal por la que existe esta brecha de género en las carreras científicas?

El fenómeno es complejo, y parece que se debe a varias causas. El primero de los factores tiene que ver con la educación estereotipada que reciben nuestros niños y niñas en el colegio. Existen varios estudios que demuestran que 9 de cada 10 niños de entre 6 y 8 años asocian la ingeniería con afinidades y destrezas típicamente masculinas. Este fue una cifra realmente asombrosa para mí, y claramente reveladora de que estamos haciendo algo mal en la enseñanza en esas etapas. 

Pero esto no solo pasa en la educación reglada, pasa también en la educación familiar. Los tipos de juguetes de niñas y niños están cada vez más diferencias, existe una ya histórica percepción sutil tecnofóbica asociada a las mujeres, una imagen que persiste en los roles de padres y madres en los hogares, y que refuerza una imagen de resistencia de las mujeres al uso de las tecnologías de modo que acabamos perpetuando una distinción de roles masculinos y femeninos que no ayuda nada. 

Según otros estudios, alrededor del 50% de los padres piensas que los niños tienen mejores rendimientos en tecnología e Informática que las niñas, a pesar de que más de 70% de estos padres apoyarían a sus hijas si eligiesen STEM. Educamos en la máxima de campeones y princesas, los niños toman riesgos, las niñas deben ser perfectas, un estereotipo que fomentan también los medios de comunicación, que ponen una presión social alta en comportamiento, estética y aspecto físico en nuestras niñas. 

Además, faltan referentes femeninas. En un estudio de la Universidad de Valencia se estima que solo un 7% de los referentes en los libros de texto son mujeres, y que la cifra baja si nos centramos en los libros de STEM. Y también faltan referentes femeninas cercanas, profesoras y profesionales que tiene éxito en sus carreras, y que tienen una profesión STEM.

Finalmente, existe también un estereotipo negativo, especialmente asociado a informática, que se transmite como un profesional que es un hombre, peculiar en aspecto físico y comportamiento, aislado del mundo, y que se relaciona poco. No se corresponde con la realidad, la informática es una disciplina transversal, los trabajos suelen ser en equipo, nso relacionamos con personal de otras disciplinas, y los desarrollos tienen un gran potencial práctico, como podemos ver en la vida diaria. 

Todas estas razones hacen que solamente un 1% de las chicas estén interesadas en las TIC, mientras que en el mismo sector de edad, lo están un 36% de los chicos.

Hablando de esta importancia de falta de referentes femeninos en el sector, ¿cómo podemos avanzar para terminar con la invisibilidad de las mujeres STEM?

Será una labor lenta, pero lo cierto es que ya se está trabajando en este sentido desde hace un tiempo. Creo que por una parte sería importante introducir una materia de Pensamiento Computacional ya en las primeras etapas de Educación Infantil, así las niñas podrían acceder desde mucho antes a la disciplina, y saber si les resulta atrayente. En casa deberíamos intentar que los roles tradicionales no se perpetúen, y educar en la igualdad a niñas y niños, procurando animar a las niñas si se inclinan por elegir una disciplina STEM. Los estudios indica que las niñas que son motivadas por sus padres son dos veces más propensas a mantenerse en STEM. Y en áreas como las Ciencias de la Computación, de clara mayoría masculina, los padres pueden tener una influencia mayor que las madres en sus hijas.

También tendremos que proporcionar más referentes femeninos en los libros de texto, ejemplo de profesionales mujeres en STEM cercanas, lo que va a necesitar una labor de visualización importante. En este sentido sí que existen actividades en las universidades, pero creo que es un trabajo que debe comenzar mucho antes, ya en las primeras etapas de la escuela. 

¿Y cómo pueden tanto centros educativos como empresas animar a las niñas y adolescentes a escoger un futuro laboral en el sector tecnológico?

Como indiqué anteriormente, en los centros educativos con la visualización de referentes clásicas y también cercanas. Un ejemplo paradigmático es la informática, una profesión en la que existen bastantes referentes femeninas que podríamos llamar clásicas, como Frances Allen, la primera mujer Premio Turing, y un referente en procesado paralelo; Ada Lovelace, la primera programadora; Evelyn Berezin, pionera de los procesadores de texto; Gran Hooper, que desarrolló el primer compilador; Top Secret Rosies, las programadoras del primer ENIAC para el cálculo de disparos de proyectiles en la Segunda Guerra Mundial; Hedy Lamarr, precursora del wifi y del GPS...

Y también mujeres españolas y gallegas, como Ángela Ruiz Robles, maestra española y precursora del libro electrónico, o Ana mª Prieto, una de las primeras programadoras en España. Somos un país donde existen referentes femeninas actuales de primera línea, y donde las mujeres dirigen compañías como Google, Microsoft, IBM, Hewlett Packard, Twitter ou Facebook, pero si le preguntamos a cualquier niño o niña sobre figuras importantes en informática, probablemente no dirá nada de estas personas que acabo de nombrar. Debemos procurar dar más visibilidad a las mujeres, por supuesto sin olvidarnos de los hombres.

Creo que las empresas son conscientes de que están accediendo a solo la mitad del talento disponible, y por tanto, están haciendo políticas de reclutamiento que evitan la discriminación y favorecen la equidad de género, lo que las beneficia para conseguir mejores equipos y con mejor funcionamiento. En general, se busca fomentar la diversidad, para tener equipos más creativos, mejores resultados y más proyectos, y eso se consigue apoyando políticas de flexibilidad en el trabajo, por ejemplo mediante la implantación de trabajo por objetivos y no por horarios, posibilitando el trabajo a distancia, igualando y aumentando las bajas de maternidad y paternidad...

Por último, ¿cuánto camino queda por recorrer para alcanzar la igualdad en el sector STEM? ¿Cree que será más complicado que en otros sectores?

Yo creo que aún tardaremos, pero como siempre, lo primero en reconocer es que tenemos un problema y dar los pasos para solucionarlo. Y en eso estamos. Faltan algunas cosas básicas de educación en la escuela y en casa, que también son importantes, en especial en una sociedad que hace nada era tan patriarcal como la sociedad española. Esos pasos tenemos que darlos, para poder introducir esas asignaturas ya en la Educación Infantil, y para hacer cambios en las políticas de contratación, o en la igualdad de las bajas por maternidad y paternidad. 

En cuanto a si será más difícil, seguramente sí, ya que partimos de una base de clara desigualdad que va a ser más difícil de nivelar. Si solo tenemos un 13% de mujeres que estudian Informática, por ejemplo, evidentemente vamos a tardar más en lograr la paridad. Otras disciplinas científicas lo tienen un poco más fácil, pero debemos transmitir la idea de que es imprescindible la igualdad para crecer como sociedad. Y que las tecnologías STEM son el futuro, un futuro en el que las mujeres queremos estar, opinar y participar.


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